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Los Límites de tu AUTOEXIGENCIA

Además de tu indudable talento, tu éxito está condicionado al desarrollo de toda una serie de actitudes que conducen a una venta eficiente. Pero, de la misma manera que la venta se dirige a calmar procesos emocionales de tu cliente, tú como vendedor estás empleando herramientas emocionales que, si no gestionas adecuadamente, te conducirán a provocarte estrés e insatisfacción. Me estoy refiriendo a tu AUTOEXIGENCIA. A veces, esta puede interrumpir tu fluir auténtico y desencadenar angustia. Es necesario establecer los límites de tu Autoexigencia.

La autoexigencia surge a partir de la relación con nosotros mismos, y se puede llegar a convertir en perniciosa dependiendo de cómo me percibo, cómo me hablo, cómo me trato… De hecho, la autoexigencia que te conduzca a exigirte una perfección inexistente e innecesaria te lleva a angustia y casi vacío existencial. Aun así, gestionada con naturalidad, es un valor que te acerca hacia cotas mayores, hacia la excelencia en tus capacidades. 

Es evidente que todo esto se soporta en las creencias, los valores y la cultura adquirida que condiciona nuestra forma de percibir el mundo. Nos hacemos más “coherentes” si no los cuestionamos. Pero eso está bien hasta que analizamos si los resultados que obtenemos son lo que nos satisfacen o no. Suele ocurrir, además, que mi forma de ser ante los demás es mucho más permisiva y flexible que conmigo mismo. No nos damos el permiso de explorar nuevos caminos que sí otorgamos a los demás.

Límites de tu Autoexigencia

Límites de tu Autoexigencia: Estándares introyectados

En este punto marco distancia y te digo que, si vives continuamente en tus “debes” adquiridos o impuestos desde el exterior, es posible que acabes no distinguiendo cuáles son tus deseos auténticos. Te recomiendo que cuestiones tus “estándares introyectados”, es decir, tus anhelos impuestos por medios ajenos a ti, antes de que toda la relación contigo mismo se realice desde ellos. En lugar de hacerte crecer, tu autoexigencia se convertiría en generadora de rabia y angustia.

Y me dirás: “muy bien pero esto,cómo se consigue?” Pues vamos a reformular ciertos introyectos:

  • Alcanzar la perfección: permítete no ser siempre el mejor, incluso permítete equivocarte. Con esa actitud estás aportando mucho a los demás.
  • Ser el más fuerte: date permiso para no aguantar más que nadie, expresar tus emociones y pedir ayuda cuando la necesites.
  • Tener una eficiencia infinita: permítete derechos y no sólo obligaciones.
  • Ser fantástico: te pregunto, ¿y tus necesidades más auténticas? Además de cubrir continuamente las de los demás, date permiso para satisfacer las tuyas. En este punto, siendo egoísta, estás sin duda mejorando la relación con los demás y aportando mucho más.

Consejos para una correcta Autoexigencia

Para que tu autoexigencia te conduzca hacia tus éxitos te recomiendo lo siguiente:

  • No justifiques la consecución de tus objetivos por cuestiones externas. Algún mérito habrás tenido tú.
  • Evita comparar tus logros con otras informaciones para quitarles importancia.
  • No devalúes tu éxito tomando como referencia que se puedan presentar algunos fallos.
  • No te paralices debido a tu exagerada autodemanda.
  • Reconoce tus logros. No los anules.
  • La relación que te propongo con tu autoexigencia consiste en reencuadrar el “nunca es suficiente” con el “todo es válido”. Valora tu esfuerzo, tu dedicación y tu amor, porque desde el exterior te aseguro que todos los advertimos.

Además, relájate, deja de empujar el río, ya es tiempo de dejar fluir la corriente. Descubre la autenticidad de ese camino que has emprendido y saborea la vida de forma más plácida y serena. Resignifica y date permiso para vivir en otras emociones que te provoquen resultados más placenteros.

Pasa del vacío estéril al vacío fértil. Acéptate tal como eres y encontrarás la calma necesaria para vivir aquí y ahora. El camino lo habrás acortado y serán tu esfuerzo, tu trabajo y tu perseverancia los valores que forjen tus resultados. Cuando reconozcas tus necesidades auténticas te percatarás del sentido de tu existencia y del valor que tiene las decisiones tomadas y las decisiones que conducen a satisfacer esas necesidades.

En definitiva, usa tu autoexigencia para relacionarte mejor contigo mismo, alineando tus necesidades y tus objetivos. Reformula ciertos procesos emocionales para hacerte más sensible, consciente y responsable de ti mismo. Vas a conseguir más autocompasión, más tolerancia y más amor contigo. Sin duda, eso va a mejorar tu influencia hacia los demás, en el plano personal y profesional, lo que te llevará a los resultados esperados.

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